
Según el diario Haaretz, se han retirado 21 veces más documentos en Jerusalén Este de media que en los últimos 40 años
El Ministerio del Interior israelí retiró en 2008 el permiso de residencia en Jerusalén Este a una cifra récord de personas árabes. En total, 4.577 personas se vieron afectadas por esta medida en esa parte de la ciudad, un número 21 veces mayor que la media de los anteriores 40 años, según los datos del Ministerio.
Durante los primeros 40 años de control israelí sobre Jerusalén Este --un territorio que los palestinos quieren que se convierta en la capital de su futuro Estado--, de 1967 a 2008, el Ministerio retiró el permiso de residencia a 8.558 árabes, es decir, menos del doble de la cifra del año pasado. Por lo tanto, de todos los árabes de Jerusalén Este que han perdido su derecho a vivir allí, al 35 por ciento les ocurrió en 2008.
Según el Ministerio, el gran incremento del año pasado se debe a su decisión de investigar la situación legal de miles de residentes de Jerusalén Este entre marzo y abril de 2008. La investigación reveló que miles de personas que figuraban como residentes en esa parte de la ciudad ya ni siquiera vivían en Israel, motivo por el que dejaban de estar autorizados a residir en Jerusalén Este.
El abogado Yotam Ben-Hillel, de Hamoked: Centro para la Defensa del Individuo, aseguró que los 250.000 árabes que viven en Jerusalén Este tienen el mismo estatus legal que las personas que han inmigrado legalmente a Israel pero no tienen derecho a obtener la nacionalidad en virtud de la Ley de Retorno. "Se les trata como si fueran inmigrantes en Israel, a pesar del hecho de que es Israel el que fue hacia ellos en 1967", dijo en unas declaraciones recogidas por el diario 'Haaretz'.
A un residente, al contrario que a un ciudadano, se le puede revocar dicha condición de una forma relativamente fácil. Si está fuera de Israel durante siete años u obtiene la nacionalidad, el permiso de residencia permanente u otro tipo de estatus legal en otro país, pierde automáticamente su permiso de residencia.
Pero Ben-Hillel señaló que una vez que un palestino ha perdido su permiso de residencia, no puede volver a Jerusalén, ni siquiera para visitar a su familia, y que algunos de los que se encuentran en esa situación pueden no tener estatus legal en ningún otro país, por lo que serían apátridas.
La directora ejecutiva de Hamoked, Dalia Kerstein, advirtió de que "el fenómeno de revocar la residencia (...) ha alcanzado unas dimensiones aterradoras". "La operación del Ministerio del Interior en 2008 es sólo una parte de la política general cuyo objetivo es reducir el tamaño de la población palestina y mantener una mayoría judía en Jerusalén. Los palestinos son originarios de esta ciudad, no unos recién llegados", recalcó.
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