


Traducción para Rebelión Antonio Martínez Castro |
Este día está marcado con el fin de instar a la comunidad internacional a respetar, fomentar y proteger los derechos de las personas con discapacidad en todo el mundo, de acuerdo con los principios de los derechos humanos, incluida la Carta Internacional de Derechos Humanos, dedicada a lograr la plena igualdad entre los seres humanos sin ningún tipo de discriminación por causa de discapacidad o cualquier otra forma de discriminación.
Ha transcurrido más de un año y medio desde que la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, emitida el 30 de marzo de 2007, entró en vigor. A pesar de ello, el sufrimiento de las personas palestinas con discapacidad en los Territorios Ocupados Palestinos (TOP) aumenta constantemente. Ello se debe al aumento de los graves y continuos crímenes de guerra cometidos por las fuerzas de ocupación israelíes (FOI) contra los civiles palestinos, incluidas las personas con discapacidad, y contra las instituciones que trabajan en el campo de la rehabilitación y la asistencia sanitaria, así como a la mantenida política israelí de bloqueo ilegal. Las personas con discapacidad en la Franja de Gaza, en particular, asisten a un deterioro sin precedentes de la situación humanitaria, viéndose privados de su derecho a disfrutar de una vida digna. Durante los 23 días de ofensiva contra la Franja de Gaza, a los discapacitados gazíes se les negó sus derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales. Se les negó todas las formas de protección a su derecho a la vida y a la seguridad, así como el derecho a la seguridad personal. Además, durante la ofensiva, se les negó su derecho a albergarse en lugares seguros donde su vida y su seguridad hubieran estado protegidas y donde sus necesidades, incluidos alimentos, medicinas y cobijo adecuado, se hubieran satisfecho.
Desde el 3 de diciembre 2008, las FOI han matado a seis civiles con discapacidad en la Franja de Gaza, entre ellos un niño y dos mujeres. Cuatro de estas víctimas, entre ellas un niño y una mujer, fueron muertos durante la ofensiva de las FOI en la Franja de Gaza. Durante la ofensiva de las FOI resultaron heridos 5.300 civiles palestinos. Entre ellos, al menos 600 civiles padecen diferentes discapacidades como consecuencia de graves heridas. Las discapacidades varían desde la discapacidad física debida a la amputación de una o ambas de las extremidades superiores o inferiores, la pérdida de audición o de visión, a una serie de dobles discapacidades. Según la documentación del Centro Palestino de Derechos Humanos de Gaza (CPDH), durante el estallido de la Intifada al Aqsa el 29 de septiembre de 2000, 87 palestinos con discapacidades, incluidos 12 niños y siete mujeres, fueron asesinados por las FOI. Ello demuestra que las FOI no realizaron suficientes esfuerzos para evitar la matanza de civiles palestinos en general, y de las personas con discapacidad en particular.
A lo largo de la Intifada al Aqsa, docenas de instituciones que trabajan en el campo de la rehabilitación y la atención a personas con discapacidad han sido objeto de destrucción parcial o total y de la devastación causada por las FOI. Como resultado, miles de palestinos con discapacidad se ven privados del acceso a los servicios prestados por estas instituciones en los ámbitos de la salud, la rehabilitación, la educación, la asistencia, el ocio y los deportes.
El sufrimiento de los palestinos con discapacidad en Gaza se ha agravado debido al férreo y total asedio impuesto por las FOI en la Franja desde mediados de junio de 2007. Este cerco constituye una forma única de castigo colectivo contra la población civil, y constituye una violación flagrante de todos los derechos económicos, sociales y culturales de los civiles palestinos, así como una violación flagrante de sus derechos civiles y políticos. Como consecuencia de la política de castigo colectivo, las personas con discapacidad en Gaza no pueden acceder a las instituciones que les prestan servicios de atención y rehabilitación, debido a la incapacidad de muchas de estas instituciones de proporcionarles lo que necesitan, incluidos aparatos y suministros médicos, sistemas de audición y asistencia visual, y otras necesidades, debido a la imposición de un cierre hermético.
Las instituciones que prestan servicios a las personas discapacitadas sufren una severa y peligrosa escasez de todo lo necesario, incluidas piezas de repuesto, herramientas necesarias para las sillas de ruedas, muletas, audífonos y sus pilas, dispositivos médicos de asistencia y todo tipo de materias primas requeridas para trabajar en los talleres que emplean a personas con discapacidad para la producción de bordados, costura, artesanía, madera y otros productos. Muchos de los programas educativos, incluidos los jardines de infancia destinados a las personas con discapacidad, han cerrado durante largos períodos debido a la escasez de recursos y de suministros.
Este aniversario del Día Internacional de las Personas con Discapacidad coincide con el sufrimiento creciente de la población civil palestina. Las tasas de pobreza y desempleo en el presente año han aumentado a niveles sin precedentes. El sufrimiento de las personas con discapacidad va en aumento como consecuencia de ello. Muchas instituciones que trabajan en la prestación de servicios de rehabilitación y de atención a los discapacitados padecen la crisis financiera y están haciendo frente a una peligrosa escasez, lo que provoca la congelación de muchos de los servicios de rehabilitación y cuidados. Las personas con discapacidad que dependen de las asignaciones y subvenciones otorgadas por el Ministerio de Asuntos Sociales están sufriendo la irregularidad del pago de estas asignaciones y subsidios.
La fragmentación y el conflicto que tiene lugar en las instituciones de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) se han reflejado negativamente en las condiciones propias de las personas con discapacidad, que ya sufren un gravísimo deterioro en el nivel de disfrute de sus derechos, según lo estipulado en la Ley de Discapacidad sobre los derechos de la discapacidad, número 4 de 1999. En este contexto, las personas palestinas con discapacidad siguen sufriendo la ausencia de la aplicación de las disposiciones de la Ley de Discapacidad que establece sus derechos en las áreas de la salud y la rehabilitación, la atención, la educación y el empleo; de zonas de ocio y deporte, y de participación en la vida cultural con la comunidad. La falta de emisión de la tarjeta de movilidad reducida —previstas en la Ley de Discapacidad para proporcionar un conjunto de servicios, incluida la salud, la rehabilitación, los servicios de educación y de seguridad social a los discapacitados y sus familias— sigue siendo el principal obstáculo al que se enfrentan las personas con discapacidad para poder disfrutar de sus derechos económicos, sociales y culturales. Ello contribuye al deterioro de los derechos económicos y sociales de los palestinos con discapacidad. Se debe destacar que la mayoría de los palestinos con discapacidad y sus familias sufren de extrema pobreza, están privados de muchos de los servicios de rehabilitación y de atención médica y padecen la escasez de muchos de los dispositivos médicos que necesitan.
Con motivo del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, el CPDH reclama:
Traducción para Rebelión de Antonio Martínez Castro |
No exageraba la ex ministra israelí Shulamit Aloni cuando el día que cumplía 82 años dijo: “No estoy satisfecha con el Estado de Israel y me resulta muy difícil dirigirle elogios, sin duda atravesamos una gran crisis de valores morales y sociales”. Y añadió: “Desde la segunda Intifada hemos matado a miles de palestinos y nos hemos manchado las manos de sangre. Sí, somos malos, y lo que hacemos en Cisjordania es el súmmum de la maldad, supera lo que otros pueblos han hecho a los judíos”.
Quien viera al colono israelí del asentamiento de Kiryat Arbaa, próximo a Hebrón, atropellar con su coche a un joven palestino, herido, acusado de atacar a los colonos, no podría creer que un ser humano pudiera llevar a cabo un acto criminal tan salvaje. Según el vídeo, que emitió la segunda cadena del la televisión israelí, el citado colono pasó con su coche dos veces por encima del cuerpo del palestino que, tendido en el suelo, se desangraba, con varios disparos en su cuerpo, ante la mirada atónita de los médicos de la ambulancia que trataban de socorrerlo para salvarle la vida. Por su parte, la policía israelí también contemplaba la escena del crimen sin mover ni un efectivo para deternerla a sabiendas que el criminal era un colono israelí y la víctima, un árabe, por lo que no era asunto de su competencia. Y así, este colono criminal perpetra sus horribles crímenes contra la humanidad a la luz del día.
Si este crimen hubiese tenido lugar contra un judío en cualquier parte de Europa, los cimientos de todo el mundo se hubieran estremecido y hubiésemos visto los medios de comunicación y todas las televisiones privadas repetir la emisión de la escena decenas de veces para mostrar la cara del criminal y poner a la opinión pública de parte de la víctima. Pero como la víctima es un palestino, árabe musulmán, y el criminal un colono israelí, pues no hemos leído una sola línea ni visto las imágenes de este crimen en los medios occidentales.
No es la primera vez que los colonos perpetran crímenes atroces como éste, ya asesinaron a Mohammed al-Durra a la luz del día sin pararse a escuchar las súplicas de su padre para que dejasen de tirar sobre él. Pero lo más jodido de todo, es escuchar la fabricación de teorías que apuntan a que las armas que matan son las de los palestinos y no la de los israelíes. Muchos son los crímenes y numerosos los ejemplos; desde extirpar órganos a los mártires para comercializarlos hasta atropellar a un hombre herido y moribundo ante las narices de una policía cuya supuesta principal misión es la de guardar el orden e impedir el crimen.
El colono asesino comete un crimen confiado en que será absuelto del mismo modo que fueron absueltos todos los que consumaron crímenes más sucios que él contra palestinos inermes. Si el Estado de Israel perpetra las masacres de Qana en el sur del Líbano (dos veces), bombardea con fósforo blanco la Franja de Gaza para quemar los cuerpos de los niños y al final sale absuelto de toda culpa, y no sólo eso, sino que cuenta con el apoyo de Estados Unidos y además Europa lo defiende en los encuentros internacionales y le exime de cumplir la ley. ¿Por qué no va un colono a asesinar, arrancar árboles y aterrorizar árabes?
El Estado de Israel ha retirado el permiso de residencia a unos cinco mil palestinos de la Jerusalén ocupada, ha confiscado miles de hectáreas y casas, y levanta ciudades asentamiento para ahogar la ciudad santa y borrar su carácter árabe; da rienda suelta a los colonos para que agredan a los jerosolimitanos y los expulsen a golpes de sus casas, tirándolos a la calle.
La ministra israelí dijo que lo que los israelíes hacían a los palestinos supera lo que le han hecho otros pueblos a los judíos, y matizó, “excepto los nazis”. Nosotros no hubiéramos matizado, sino que afirmamos con la boca bien abierta que lo que los israelíes le están haciendo a los palestinos es peor que lo que los nazis le hicieron a los judíos. Al menos, los crímenes nazis contra los judíos, por muy horribles que fuesen, tuvieron un final; los alemanes han pagado a los israelíes millones de dólares en compensaciones, y siguen pagando; además les han concedido una patria judía en Palestina a expensas de sus habitantes. Mientras que los crímenes de los nazis israelíes contra los palestinos, bajo los ojos del Occidente civilizado y a la sombra de la sumisión de los árabes avergonzados, no cesan desde hace más de sesenta años.